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Cómo hacer pizza en sartén

Como hacer pizza en sarten
Índice

Cómo hacer pizza en sartén: la rebelión crujiente contra el horno tirano

Ah, la pizza. Ese disco celestial de masa, salsa y queso que une a italianos, universitarios hambrientos y filósofos culinarios por igual. Durante siglos —o al menos desde que un tal Raffaele Esposito dijo “¿y si le echamos tomate a esto?”— la pizza ha sido sinónimo de horno: de leña, de piedra, eléctrico, industrial o incluso ese obsoleto horno de casa que tarda lo mismo en calentar que el Imperio Romano en caer. Pero ¿y si te dijera que puedes hacer una pizza gloriosa, con base crujiente y alma fundente, sin horno?

Sí, querido lector, hoy vamos a cometer una herejía deliciosa: hacer pizza en sartén. Porque a veces el progreso no se cocina a 220 grados, sino en la rebelión chisporroteante de una sartén bien caliente.


1. ¿Por qué hacer pizza en sartén? La lógica de los hambrientos y los impacientes

El horno, en teoría, es el método ideal. Pero como tantas teorías en la historia, tropieza con la práctica: no siempre tienes un horno decente, a veces hace un calor sahariano y otras, simplemente, tienes hambre ya.

Hacer pizza en sartén es como hacer un golpe de Estado a la tradición napolitana con un golpe seco de sartén antiadherente. Es rápido (en 15 minutos puedes estar comiéndola), accesible (cualquier cocina sirve) y más económico en energía. Además, tiene un encanto callejero, una estética de guerrilla culinaria que recuerda más a Buenos Aires que a Roma, más a improvisación que a alta cocina. Y eso, muchas veces, la hace más sabrosa.


2. Ingredientes: los mínimos vitales y los lujos opcionales

Para la masa exprés (sin levado):

  • 250 g de harina de trigo (puede ser común, 000, o incluso integral si te sientes virtuoso)
  • 1 cucharadita de polvo de hornear o levadura química
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 120 ml de agua tibia
  • 2 cucharadas de aceite de oliva

Para la cobertura básica:

  • 4 cucharadas de salsa de tomate (mejor si la haces tú: tomate triturado, ajo, orégano y sal)
  • 100 g de queso (mozzarella, por supuesto, pero acepta sustitutos como un queso semiduro que funda bien)
  • Lo que tengas y ames: albahaca, jamón, champiñones, aceitunas, pepperoni, cebolla, piña (sí, también eres bienvenido aquí, iconoclasta).

Y, por supuesto, una sartén. Idealmente, antiadherente y de fondo grueso, para que distribuya bien el calor. Pero si tienes una sartén de hierro, te has ganado el respeto de esta columna.


3. Preparación paso a paso (y mordisco a mordisco)

Paso 1: La masa, ese milagro humilde

En un bol, mezcla la harina, la sal y el polvo de hornear. Añade el agua tibia y el aceite. Amasa con las manos —o con ese espíritu de quien quiere cenar rápido— hasta formar una masa suave, homogénea y ligeramente elástica. No te tomará más de cinco minutos.

Divídela si quieres hacer mini pizzas o deja la bola entera si vas por una grande.

Paso 2: Estirar, no romper

Estira la masa con un rodillo o con las manos, buscando el diámetro de tu sartén. La masa debe quedar de medio centímetro de grosor, ni muy fina (harás un pan chato), ni muy gruesa (tendrás un pan con queso).

Consejo de abuela italiana apócrifa: si la estiras con las manos untadas en aceite, se vuelve más flexible y fácil de manipular.

Paso 3: Sellado de la base —la alquimia comienza

Pon tu sartén a calentar a fuego medio-alto. Cuando esté caliente, sin añadir nada, coloca la masa y deja que se dore durante 3-4 minutos.
Este paso es clave: aquí se crea esa base crujiente que distingue la pizza sartenera del cartón húmedo de microondas.

Cuando veas burbujas y la base dorada, da vuelta la masa como si fuera una tortilla y baja el fuego.

Paso 4: Cobertura y tapa: la fase lunar de la pizza

Con el fuego bajo, añade la salsa, el queso y tus toppings. Cubre la sartén con una tapa (preferiblemente de vidrio, para ver el espectáculo fundente), y deja cocinar 6 a 8 minutos. El queso se derrite, los ingredientes se calientan, y la masa se termina de cocer con el calor atrapado.

Este momento es tenso: es el clímax, el punto de no retorno. Pero si has hecho todo bien, tu pizza saldrá victoriosa.


4. Variaciones para almas creativas (o con restos en la heladera)

Aquí es donde la pizza en sartén se vuelve un género en sí misma:

  • Masa de yogur y harina: 2 ingredientes, sin excusas.
  • Base de polenta o garbanzos: para celíacos rebeldes.
  • Versión calzone: dobla como empanada, tapa bien, y vuelta y vuelta.
  • Pizza dulce: masa fina, crema de avellanas, rodajas de banana, y una pizca de sal. Postre celestial.

Cada variación es como un spin-off culinario: mantiene el espíritu del original, pero se permite licencias poéticas.


5. Antítesis en la sartén: tradición vs innovación

Lo fascinante de esta receta no es solo su resultado, sino lo que representa. Porque hacer pizza en sartén no es solo un recurso práctico: es una declaración de principios.

Es cocinar sin horno, sí, pero también sin solemnidad. Es afirmar que lo esencial no es la forma, sino el sabor; que no se necesita un horno de piedra para hacer algo digno de elogio. Como esos músicos callejeros que suenan mejor que los del teatro lírico, la pizza sartenera gana en cercanía lo que quizás pierde en ortodoxia.

En un mundo que idealiza lo complejo, cocinar una pizza en sartén es un acto de humildad… y de ingenio. Como encender una fogata con chispas de rebeldía.


6. Consejos finales para una pizza de sartén memorable

  • La paciencia es clave. Aunque sea más rápida que la del horno, no la apresures. El fuego bajo en la segunda etapa evita masas crudas y quesos quemados.
  • Tapa siempre. Sin tapa no hay cocción por vapor, y sin cocción por vapor no hay pizza decente.
  • No sobrecargues. Una pizza en sartén no es una ensalada con queso. Dos o tres toppings, y basta.
  • Prueba, prueba, prueba. Cada sartén es un planeta con su clima, gravedad y lógica. Domínalo.

7. Reflexión final: la pizza sartenera y la libertad de cocinar como uno quiere

En un universo donde los algoritmos dictan tendencias, donde las recetas parecen tratados técnicos y donde cada paso parece sancionado por algún chef con estrella Michelin, hacer pizza en sartén es un acto de desobediencia poética.

Es cocinar sin pedir permiso. Es recordar que lo hecho en casa, con lo que hay, con lo que se puede, puede ser tan glorioso como cualquier plato con pedigrí.

Después de todo, la pizza nació como comida de pobres. Y como toda revolución gastronómica, empezó en una esquina, no en un salón de gala.

Así que, toma tu sartén, enciende el fuego y proclama: ¡no necesito horno para ser feliz!

Pizza a la sartén de barbacoa casera: la unión Limpia entre el humo y el queso

Hay combinaciones que parecen diseñadas por el mismísimo dios de la gula: jazz y whisky, lluvia y libros, pizza y… salsa barbacoa.

Sí, lo sabemos: para los puristas de la pizza napolitana, la salsa barbacoa es como meter un saxofón en una orquesta barroca. Pero también sabemos que a veces lo sacrílego es lo más sabroso. Así que si te gustan los sabores intensos, dulzones, ahumados y carnales, esta receta de pizza a la sartén con salsa barbacoa casera es tu altar.

Prepárate para cocinar algo que está más cerca del pecado que de la dieta.


🔥 Ingredientes para 2 pizzas medianas (o una grande de sartenazo)

🫓 Para la masa exprés:

  • 250 g de harina de trigo (000 o común)
  • 1 cucharadita de polvo de hornear
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 120 ml de agua tibia
  • 2 cucharadas de aceite de oliva

🍯 Para la salsa barbacoa casera:

  • 4 cucharadas de kétchup
  • 1 cucharada de vinagre (idealmente de manzana)
  • 1 cucharada de azúcar mascabo o miel
  • 1 cucharada de salsa de soja
  • 1 cucharadita de mostaza
  • 1 cucharadita de pimentón ahumado
  • 1 diente de ajo rallado
  • Un toque de picante (opcional pero recomendable)

Mezcla todo en frío y calienta a fuego bajo por 5 minutos. Deja enfriar. Y sí, puedes guardarla: dura 7 días en la heladera, si no la bebes antes.

🧀 Para la cobertura:

  • 150 g de queso mozzarella rallado
  • 1 pechuga de pollo cocida y desmenuzada (o restos de asado, o tofu grillado si vas por el camino vegetal)
  • Cebolla morada en tiras finas
  • Maíz dulce (sí, maíz: le da un dulzor inesperado que equilibra el humo)
  • Cilantro o perejil fresco para decorar
  • Aceite de oliva para el toque final

👨‍🍳 Paso a paso para el festín de fuego y queso

1. Masa sin estrés

Mezcla la harina, la sal y el polvo de hornear. Agrega el agua y el aceite y amasa hasta formar una bola suave. No te tomará más de 5 minutos y no necesita levado. Es la pizza de los impacientes con buen gusto.

2. La salsa barbacoa, alma y pecado

Mientras reposa la masa 10 minutos, prepara tu salsa. Mezcla todos los ingredientes y cocínalos unos minutos hasta que espese. Prueba. Corrige. Y si no cierras los ojos al probarla, algo hiciste mal.

3. Estira como quien acaricia un vinilo

Toma la masa y estírala al tamaño de tu sartén. No muy fina ni muy gruesa. Lo justo para que aguante el relleno sin perder esa base crocante que cruje como hojas secas en otoño.

4. Primer contacto con el fuego

Calienta la sartén a fuego medio-alto. Pon la masa y deja que se dore por debajo durante 3-4 minutos. Como una tortilla, cuando tenga base firme y dorada, da vuelta.

5. Momento cúspide: armado de la pizza

Con la masa ya sellada por un lado y el fuego bajo, procede a lo importante:

  • Cubre la masa con 2-3 cucharadas de salsa barbacoa
  • Agrega el pollo desmenuzado o lo que tengas
  • Esparce la mozzarella generosamente
  • Añade cebolla, maíz y el resto de tus excesos

Tapa la sartén. Y deja que el calor haga magia durante 6-8 minutos.

6. Final glorioso

Cuando el queso esté derretido y la base crujiente, apaga el fuego. Añade hojas frescas de cilantro, un chorrito de aceite de oliva y si te animas, unas gotas extra de barbacoa.


💡 Consejos de chef sin estrella pero con alma

  • Si usás pollo grillado con especias (como comino, pimentón, orégano), subís de nivel sin esfuerzo.
  • La cebolla caramelizada también funciona increíblemente aquí.
  • Si tu sartén no tiene tapa, improvisa con una bandeja metálica, o incluso papel aluminio bien ajustado.
  • ¿Vegetariano? El jackfruit, el seitán o simplemente vegetales grillados funcionan de maravilla con esta salsa.

🍕 Conclusión: una pizza con alma sureña y corazón callejero

La pizza barbacoa a la sartén es una criatura híbrida. No es napolitana, no es americana. Es la pizza del hereje, del que mezcla dulzón con ahumado, del que prefiere la sartén al horno porque la vida no siempre da tiempo para esperar.

Es cocina urgente, sabrosa, profundamente humana. Una pizza que no pide permiso, que se hace con lo que hay, pero se saborea como si tuvieras un restaurante en Nashville.

Y cuando la pruebes, cuando el queso se funda con el pollo y la salsa barbacoa te abrace con su humo dulzón, vas a entender que no hay pecado en esta mezcla… solo placer.

Pizza Sin Horno a la Sarten con Masa casera

INGREDIENTES PARA HACER LA MASA DE LA PIZZA PARA 2-3 PERSONAS EN SARTÉN DE 28 CENTÍMETROS:

  • 300 Gramos de Harina de Trigo Común
  • 10 Gramos de Levadura Fresca de Panadero
  • 160 Gramos de Agua Tibia (Temperatura ideal la de las propias manos)
  • 20 Mililitros de Aceite de Oliva (2cucharadas)
  • 3-5 Gramos de Sal (1 Cucharadita rasa)
  • Sartén de 28 Centímetros de Diámetro

mas información en : https://laempanalightdebego.blogspot.com/2018/07/pizza-sin-horno-la-sarten-con-masa.html

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